domingo, 20 de enero de 2013

Derechos adquiridos...



- Me gustaría saber cómo podemos quitarle a la perra los derechos adquiridos o las costumbres arraigadas que tiene. (¿No podíais hablar de otra cosa que no sea de mí, como hace todo el mundo? Vamos a ver. ¿Y si pruebas primero contigo? Mira, si os ponéis a hablar de corrupción, ya tenéis para años)
- ¿A qué te refieres?
- Pues a las galletas que le doy y que no son "premios". Las gratuitas, la de cuando vuelvo a casa o cuando saco la basura.Vuelve a estar como una foca. (Ya estamos otra vez con la misma vaina. ¿No os percatáis de que es el pelo? Lo he dicho por activa y por pasiva. Además, mírate al espejo, querida, que te pierdes por un chocolate). O la costumbre de darte el coñazo con la puñetera patita cuando quiere algo. (Cómo queréis que os lo pida, ¿hablando? Veo con sorpresa que la taradez mental se ha instalado en esta casa. Primero lo intento con los ojos, pero no hay tu tía.
- Yo no le doy galletas casi nunca. (Mejor disimula, que me llevas en brazos hasta el soportal cuando llueve mucho).
- Ya. Yo no lo consigo. Me siento obligada a dárselas. Todos los adiestradores del mundo, dirían lo mal que lo hemos hecho con ella en el tema educación. Tiene muchas manías y no sé dónde las ha aprendido. (Serán de tí, maniática donde las haya. Dime tu si no es manía colgar las toallas con la etiqueta para adentro. Y esa es una de tantas).
- Vale, pero luego es una perra buenísima. 

Dejarme ser yo por favor.

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