Desde mi ventana....

Mi ventana. Desde aquí veo de todo, la gente paseando, mis colegas que ladran, los pájaros, las puestas de sol... También es por donde tiro mis juguetes a la calle.  Es uno de mis sitios preferidos. Soy urbanita, no por elección propia, hace tiempo que me adapté a los horrores de la ciudad.  En esta casa, democracia lo que se dice democracia, conmigo no hay. Los sueños de vivir en el campo se están convirtiendo en una utopía, bueno quién sabe. 

En realidad soy un poco fisgona. Cuando voy de paseo me encanta meter la nariz en todas las tiendas.

Os dejo, acabo de arrancarle los ojos al peluche que me regalaron y como me va a caer la del pulpo, voy a seguir con la oreja para terminar la faena.

Los poderes y las máquinas.....

Esto que veis es sólo parte de la "maquinaria" que tenemos por aquí. Todos ellos en activo y falta la colección de cargadores. No hay cosa que más guste en casa que un aparato, del tipo que sea. Los preferidos son los ordenadores, la Nintendo y los móviles.  Cada vez que te cambias de sitio tienes que coger mochila. ¡Qué pena de humanos!

Para poder ver la tele no sé cuantos poderes hay que tocar pero una pasada. Además como no podemos renovar el mobiliario "maquinil" por razones económicas y porque no les da la gana, hay un aparato por separado para cada cosa: la TDT, vídeo, DVD, etc. Como toques un botón sin darte cuenta, hay que sacar el manual otra vez. El técnico que va a casa de la abuela ya es de la familia, a este paso acaba comiendo los sábados en casa.

A mi, me espanta. Si puedo me cambio de habitación. Prefiero el silencio. Lo que pasa es que estar solo contigo mismo no es fácil.

No me gusta ninguna máquina, me quitan mimos y tiempo para jugar. Yo se lo digo muchas veces pero no me hacen caso, ya va siendo hora de quitarse ataduras.