viernes, 13 de noviembre de 2009

Husmeando


Husmeando por la vida. Lo siento, jefa, pero no puedo, no puedo y no puedo. Es mi naturaleza por mucho que no te guste. Tengo que olerlo todo y comérmelo, sea lo que sea lo que pille. No me importa que mis barbas se llenen de porquería mientras barro la calle y mi casa. Y que sepas que no me gusta nada que me pases el spontex para limpiármela. No sé si alguien te lo ha dicho ya, pero eres un poco maniática con la limpieza. A veces vamos de paseo cerca de un colegio, los niños salen con la merienda  y se les cae el jamón y el pan. Tactica: acercarse a  la loncha  y hacer como que hueles otra cosa (siempre sin perderla de vista por el rabillo del ojo) y en un descuido, zas, te la zampas. Esto ha de hacerse con cierta rapidez ya que si se dan cuenta te la cargas. 
Comprendo que el otro día os hice pasar una noche toledana. No paraba de tener arcadas y no sabíamos porqué hasta que por la mañana vomité una cáscara de pistacho. Un alivio. Estoy un poco hartita de los "noes" en esta casa. No comas, no chupes, no hagas, no ladres..... ¡¡Dejarme vivirrrrr!!!

martes, 3 de noviembre de 2009

¡¡Viene la abuela!!



¡¡Yujuuu!! Viene a vernos la semana que viene. Me hace mucha ilusión. No le gustan los perros pero no le queda más remedio. Mi tía Isabel tiene dos: Morris y Lisa. La foto es de Morris, mi primo, porque de Lisa no tengo. Y la sobrina de mi madre,  María, también tiene, creo que dos. La abuela se preocupa por mi porque todas las mañanas cuando llama a casa, pregunta por mi. Creo que se lo va a pasar como una enana cuando venga, después de  estar cinco años pendiente del abuelo.  Es la persona más generosa de todas las que conozco. Le gustan mucho las patatas fritas, yo me pego como una lapa porque a veces se le caen al suelo y, claro, me pongo lila.


Ya me han dicho que no puedo subirme a su nariz cuando esté en la cama, ni darle el coñazo con los juguetes o con la patita pero, en mi línea, luego haré lo que me dé la gana.