sábado, 5 de junio de 2010

Tácticas perrunas...



Para despertar con suavidad a mi jefa y que se levante para sacarme a la  calle hago varias cosas. Empiezo tocando su brazo con mi hocico húmedo. Espero un poco. Si no funciona, me subo a su almohada y me coloco como de boina en su cabeza. Este segundo paso es muy importante porque es el momento en que ella se empieza a dar cuenta de que estoy ahí. Entonces se oye: "A dormir, Nora". De momento en buen tono. Se mueve, se cambia de sitio. Vuelvo a esperar otro poco. Y yo, con el tesón que me caracteriza, paso al siguiente movimiento que simplemente es lamerle la cara directamente con toda la lengua. A saco, sin ningún miramiento. Cuando oigo la frase mágica: "Qué pesada es esta perra" es cuando se ha cumplido mi objetivo. Ya he tocado las pelotas lo suficiente como para que me baje a la calle.

Esta técnica es modificable. Es decir que se pueden añadir o cambiar movimientos. Es recomendable empezar suavemente porque si empiezas con el lametón, que es lo que más joroba, puedes conseguir otros efectos no deseados. Ah, no os preocupeis aunque vean todos los vídeos de César Millán, tenemos la partida ganada por goleada.